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Canindeyú, entre la esperanza de una buena cosecha y las dificultades del sector ganadero

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Canindeyú, entre la esperanza de una buena cosecha y las dificultades del sector ganadero

El panorama en el departamento de Canindeyú refleja un contexto de optimismo, pero también de incertidumbre, especialmente debido a la variabilidad climática y los desafíos económicos que enfrentan los productores tanto en la agricultura como en la ganadería.

Por un lado, en la agricultura, aunque las lluvias recientes han sido muy localizadas y han retrasado parcialmente la siembra, los productores se muestran esperanzados en que podrán obtener una buena cosecha, según indicó Celito Cobalchini, productor de la región, a Valor Agrícola. “Tenemos mucho optimismo porque creemos que este año tendremos una buena cosecha. En cuanto a los precios, aún es incierto, pero nuestro enfoque está en producir. El precio vendrá después; si logramos una buena producción, esa será nuestra gran ventaja”, expresó.

A pesar de la disparidad en las lluvias, destacó que aún no está afectando los cultivos, aunque hay algunas zonas donde aún falta sembrar entre un 20% y 25%, lo que ha provocado que el proceso se esté retrasando un poco.

Cobalchini señaló que la tecnología y las prácticas modernas de cultivo, como el uso de riego, están ayudando a muchos productores a superar las dificultades relacionadas con la falta de lluvias. Sin embargo, la preocupación persiste, ya que en los últimos tres años los rendimientos han quedado por debajo de las expectativas, alcanzando solo 2.500 kilos por hectárea, en lugar de los 3.200 kilos necesarios para asegurar la rentabilidad.

“En nuestra región, los productores utilizan mucha tecnología, pero esta depende en gran medida del clima. Si las condiciones climáticas son favorables, se puede cosechar entre 4.000 y 5.000 kilos por hectárea. Sin embargo, en los últimos tres años, el rendimiento no ha superado los 2.500 kilos, lo que significa que siempre hay una parte de la producción que no se alcanza, y los productores no logran cumplir con sus expectativas”, alegó.

Por otro lado, Cobalchini destacó que en el sector ganadero la situación es más compleja. La ganadería en Canindeyú ha disminuido debido a la expansión de la agricultura. A esto se suman los efectos de la sequía, que está afectando tanto la disponibilidad de pasturas como la rentabilidad del sector.

“Actualmente, en nuestro departamento tenemos alrededor de 650.000 cabezas de ganado, pero estamos enfrentando grandes dificultades, tanto por la escasez de pasturas debido a la sequía, como por la caída de los precios. Esto ha generado serios problemas económicos, especialmente para aquellos que trabajan con confinamiento, ya que los números no están cerrando”, precisó.

Sin embargo, destacó que la esperanza sigue puesta en que, con el clima adecuado y mejores precios, los productores puedan lograr una rentabilidad que permita sostenerse en ambas actividades.

“La diversificación, con productores combinando agricultura y ganadería en sus parcelas, sigue siendo una estrategia relevante, aunque no exenta de desafíos”, concluyó.