El 2025 deja a Paraguay en un año de contrastes para el sector agrícola: tras un inicio de zafra excepcional, con abundante humedad y crecimiento vegetativo prometedor, los días nublados y recientes periodos secos obligan a los productores a extremar cuidados para asegurar los rendimientos finales. Así lo explicó Larisa Barboza, analista senior de Stonex, en entrevista con Valor Agro.

En el plano local, la producción de granos en Paraguay mantiene un nivel dentro del promedio histórico, aunque con una pequeña reducción proyectada en el departamento de Itapúa, debido a replantaciones necesarias en algunas hectáreas.

“El comienzo de cada cultivo es clave; si la planta se desarrolla en condiciones demasiado óptimas, puede quedar menos preparada para enfrentar períodos adversos posteriores”, explicó.

“Las próximas semanas serán críticas para el llenado de granos y el rendimiento final”, alegó.

A nivel internacional, 2025 fue marcado por un escenario de alta volatilidad. Barboza recordó que la guerra comercial entre Estados Unidos y China generó situaciones inéditas, como la ausencia total de compras de soja estadounidense por parte de China, lo que llevó a que América del Sur, incluyendo Brasil y Argentina, se convirtiera en el principal proveedor para el gigante asiático.

Esta dinámica afectó los precios internacionales, generando balances globales holgados y presionando a la baja las cotizaciones en Chicago, principal referencia para los granos paraguayos.

Además, factores estructurales como la expansión de la producción de biocombustibles en Brasil y la necesidad de insumos de soja proteica para la industria argentina influyen directamente en el mercado regional.

“La soja paraguaya es especialmente importante para la industrialización en Argentina, ya que su alto contenido proteico la convierte en un insumo clave para mezclas finales”, señaló.

De cara a 2026, la analista indicó que la oferta en Paraguay y la región se mantendrá dentro de los promedios históricos, y que el principal factor a seguir será la demanda internacional, particularmente la relación comercial entre China y Estados Unidos. La definición de cuánto se comprará determinará el comportamiento de los precios y, en consecuencia, el mercado local.

En conclusión, Paraguay enfrenta un cierre de zafra delicado, pero con perspectivas equilibradas: mientras el clima y los ajustes locales marcan los desafíos, los movimientos globales de la soja y la interacción entre grandes productores internacionales seguirán siendo determinantes para los precios y la estabilidad del mercado.