La segunda campaña agrícola está actualmente en curso y se enfrenta a desafíos significativos debido a la falta de lluvias. Si bien, tanto el maíz como la soja zafriña están teniendo un buen desarrollo en algunas zonas del país que fueron beneficiadas por las precipitaciones, en otras, se reporta una situación crítica debido a la falta de agua.

Según indicó a Valor Agrícola el productor, y directivo de la Asociación de Productores de Soja, Oleaginosas y Afines (APS), Eno Michels, la falta de lluvias en algunos puntos del país, han causado problemas en la siembra y han afectado el desarrollo de los cultivos. “Creemos que vamos a tener una zafriña regular, salvo que el clima se normalice de ahora en adelante”, aseveró.

Como ejemplo, comentó sobre la situación del departamento de Canindeyú, donde se encuentra produciendo, ya que se registraron precipitaciones muy puntuales. “En algunos lugares llegó la lluvia y en otros no. Tuvimos reportes de lluvias en Katueté y en Nueva Esperanza no se registró ni una gota. Ya se ve la necesidad hídrica en algunos campos, esperemos que en los próximos días el panorama mejore”, apuntó.

Por otro lado, indicó que en algunas zonas actualmente se observa una alta incidencia de enfermedades, especialmente en la soja zafriña, como la presencia de roya que ya estaba instalada en los cultivos de verano. En ese sentido, sostuvo que es importante tomar medidas de prevención y adaptación para enfrentar escenarios similares en el futuro.

Así también, indicó que, en medio de un clima cada vez más desafiante, algunos productores agrícolas han apostado por la renovación de sus suelos con cultivos de cobertura y otra parte sembrará trigo en abril, una excelente opción, ya que permite mejorar la productividad de las secuencias de cultivos, el uso del agua, las propiedades del suelo y optimizar el control de malezas.

Desafíos. Sostuvo que uno de los grandes desafíos este año para el productor es la variabilidad de los precios. “Este año, los precios han alcanzado mínimos significativos, lo que afecta directamente la rentabilidad del productor. Esta situación se agrava aún más cuando se suman los costos de los premios y ahí ya queda en manos del productor operar de la mejor forma”, expresó.

Además, mencionó que el productor ya está anticipando los desafíos que enfrentará en la próxima campaña debido al comportamiento climático. “Definitivamente será un año desafiante. Esta incertidumbre climática se suma a la preocupación generada por las exigencias ambientales de la Unión Europea”, finalizó.