En un contexto marcado por el cambio climático y los desafíos productivos en la región Occidental del país, la búsqueda de soluciones tecnológicas para sostener y aumentar el rendimiento de los cultivos, especialmente en zonas con condiciones adversas como el Chaco paraguayo, se ha vuelto un factor clave.
Selva Ávalos, coordinadora de desarrollo de Dekalpar, explicó que en lo que respecta a la soja, la compañía está apostando por materiales más tolerantes al calor, una estrategia fundamental para enfrentar las altas temperaturas que caracterizan al Chaco.
“Tenemos herramientas para condiciones de altas temperaturas, disponemos de herramientas para el productor en ese ámbito”, indicó.
En el caso del maíz, señaló que los principales desafíos siguen siendo el control de la cigarrita y las variaciones climáticas, factores que impactan directamente en el rendimiento.
“Si el clima acompaña, y hay un buen control de cigarrita, creo que puede aumentar la productividad”, apuntó.
Con miras a mejorar el desempeño del cultivo en estas condiciones, sostuvo que está trabajando en ensayos de densidades de siembra y biológicos.
“Sabemos que hay híbridos que responden bastante bien a la densidad, entonces siempre estamos buscando alternativas para poder ofrecer lo mejor a los productores y responder a las necesidades de esta región”, explicó.
Ávalos remarcó que el potencial de los híbridos es alto, aunque su expresión depende en gran medida de las condiciones del entorno. En la región Oriental, por ejemplo, el techo productivo es considerablemente mayor que en el Chaco, donde el clima impone limitaciones.
“Sabemos que, en cuanto a la inversión en el Chaco, por ejemplo, no usamos fertilizantes, no hay una presión muy alta de enfermedades, por lo que el uso de fungicidas todavía no es una opción de múltiple uso del productor. Pero de igual manera tenemos también opciones, tanto químicas como biológicas, para poder proteger a la planta contra las principales enfermedades que puedan aparecer, como ahora las de final de ciclo”, puntualizó.
Finalmente, destacó que, para alcanzar buenos niveles de productividad en el Chaco, es fundamental aplicar un manejo agronómico eficiente, adaptado a las particularidades de la zona.
“Lo fundamental es mantener una buena densidad, de acuerdo con la recomendación del material, y después controlar plagas y enfermedades como camino para poder aumentar la productividad en el Chaco, que también debe ir acompañado de una buena condición climática”.
En ese sentido, reiteró que se cuenta con materiales para llegar al techo productivo.