La Unión Europea presentó el miércoles el acuerdo comercial con el Mercosur, negociado durante más de dos décadas, para su aprobación por parte de los Estados miembros. Esta presentación se realizó luego de asegurar a Francia, principal crítico del pacto, que el texto incluye “sólidas” salvaguardias destinadas a proteger a los agricultores europeos.

En el capítulo agrícola del acuerdo se estableció una cuota de 99.000 toneladas para carne vacuna, lo que representa una oportunidad estratégica para Paraguay. Según había explicado a nuestro medio el presidente de la Comisión de Carnes de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), Mario Balmelli, esta cuota tendrá un “impacto muy significativo” en las futuras exportaciones del país hacia el mercado europeo.

El volumen habilitado se distribuye en un 55 % para cortes enfriados y 45 % para cortes congelados, los cuales estarán sujetos a un arancel preferencial del 7,5 %.

Balmelli subrayó que la distribución del contingente “no tiene lugar a discusión”, ya que “todos los acuerdos que se fijan por la carta fundacional del Mercosur corresponden a beneficios que son distribuidos en partes iguales”.

El acuerdo para conformar una zona de libre comercio con más de 700 millones de consumidores —la mayor del mundo— es un pilar clave en el esfuerzo de Bruselas por abrir nuevos mercados frente a los aranceles estadounidenses. Sin embargo, el tratado ha enfrentado fuerte resistencia por parte de Francia, principalmente por sus preocupaciones respecto al impacto agrícola.

Durante la presentación del acuerdo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirmó: “Las empresas y el sector agroalimentario de la UE se beneficiarán inmediatamente de la reducción de aranceles y costos, lo que contribuirá al crecimiento económico”.

La Comisión Europea dio el miércoles su visto bueno final al acuerdo, alcanzado en diciembre pasado con el bloque sudamericano que integran Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, tras 25 años de negociaciones. No obstante, el texto aún debe ser aprobado por al menos 15 de los 27 Estados miembros de la UE y por el Parlamento Europeo para su adopción formal.

El acuerdo cuenta con el respaldo de una amplia mayoría de países, liderados por Alemania, que buscan diversificar sus relaciones comerciales más allá de Estados Unidos, un socio que —pese a nuevos acuerdos— mantiene aranceles elevados sobre varios productos europeos.

El pacto permitirá al Mercosur eliminar progresivamente los aranceles de importación sobre el 91 % de los productos europeos, incluidos automóviles, productos químicos, vino y chocolate. A cambio, países como Brasil, Paraguay, Argentina y Uruguay podrán exportar con menos restricciones productos como carne vacuna, azúcar, miel, soja y otros bienes agrícolas. Esta apertura ha generado temores en Europa por la posible llegada de productos más baratos que puedan afectar a los productores locales.

La Comisión afirmó que el texto ofrece “una protección completa y exhaustiva para todas las sensibilidades de la UE en el sector agrícola”, y que los productos más delicados estarán protegidos mediante “sólidas salvaguardias” frente a cualquier aumento perjudicial de las importaciones.

Como concesión a las críticas, Bruselas se comprometió a detallar el funcionamiento de estas salvaguardias en una legislación separada. Según un alto funcionario comunitario, esta norma aclarará que los mecanismos de protección podrán activarse incluso si un solo país miembro se ve gravemente afectado.

Francia adoptó el miércoles un tono más conciliador. La portavoz del Gobierno, Sophie Primas, afirmó que la Comisión Europea “ha escuchado las reservas” de varios Estados.

En diálogo con el programa Valor Agregado de radio Carve (Uruguay), el analista Tomás Friedmann señaló que, si el acuerdo es aprobado por el bloque europeo antes de fin de año, posteriormente deberá ser ratificado por los países del Mercosur. “Si todo va bien, se estima que en el segundo semestre del próximo año el capítulo agrícola podría comenzar a implementarse”, explicó.

Friedmann también advirtió que algunos sectores del agro en el Mercosur deberán prepararse para una mayor competencia con productos europeos, como el vino y el queso.