La Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (CAPPRO), gremio que aglutina a las industrias aceiteras, rubro industrial más importante del país en materia de saldo de Inversión Extranjera Directa, con US$ 861 millones al cierre del último periodo, cumple 18 años, casi en coincidencia con el histórico logro de la calificación del grado de inversión alcanzado por el Paraguay.
Desde el gremio, señalaron que con el propósito de garantizar seguridad jurídica para los nuevos inversores y los que ya han invertido en el país, desde el sector agroindustrial esperan que con el nuevo estatus internacional el Gobierno pueda volver a analizar y rever los cambios de reglas, que modificaron de manera significativa los planes iniciales que se tenían y frenaron las inversiones, con el objeto de dar previsibilidad a los inversionistas en el sector.
En ese sentido, destacaron el papel muy importante que desempeñaron las inversiones radicadas, sin las cuales, no se hubiera llegado a este sitial. “Las agroindustrias tenemos el firme compromiso de seguir colaborando para el progreso del país”, subraya el gremio.
Indicaron que una de las principales expectativas que se tiene en la agroindustria paraguaya con esta nueva calificación de nuestro país es que se pueda lograr la equiparación tributaria para la industria aceitera, con relación al resto de las otras que exportan, porque actualmente “somos las únicas industrias que no tenemos derecho a la devolución del IVA crédito al exportar productos procesados”.
Por otra parte, resaltaron que con la nueva institución DNIT se logró, en el parcial del año, la disminución en un 32% el volumen estimado del contrabando y de la comercialización de productos de origen dudoso, que son flagelos que históricamente castigan al sector.
“Por eso, en este nuevo aniversario exhortamos a las autoridades a seguir implementando nuevas medidas que frenen todavía más la informalidad, a modo de proteger a todas las empresas formales, al trabajo de los paraguayos y generar más oportunidades”, puntualizaron.
También apuntaron que abogan para que la industrialización de la materia prima agrícola nacional se haga dentro de nuestro territorio, con el fin de convertir al Paraguay en un productor mundial de alimentos y energía.
“Se generará un mayor ingreso de divisas por exportar más productos industrializados de mayor valor en lugar de materias primas agrícolas en su estado natural, produciendo un efecto derrame en toda nuestra economía, provocando también la diversificación de las industrias que se instalen en el país, que utilicen las subproductos -harina, aceite crudo o desgomado y cascarilla de soja- que provean las industrias aceiteras nacionales”, remarcaron.