Hanor Santos, consultor financiero, abordó el negocio agropecuario y cómo las ganancias se centran en la gestión eficiente de los costos. Según explicó a Valor Agrícola, el secreto del éxito radica en “gerenciar y medir bien los costos, para saber qué está haciendo con su plata”. Santos destacó que solo ampliar la facturación no es suficiente para garantizar que va a tener lucro.
En su opinión, la parte más importante es establecer metas de gestión y reducción de costos. Aseguró que “no ayuda crecer un 20% en facturación y también crecer en los costos, porque al final no vas a ganar nada o no va a tener una rentabilidad que sea interesante”.
Además, señaló que todo depende de cómo se maneje el negocio, ya que, más allá de una buena gestión productiva, “el productor es el mismo empresario que maneja ese negocio”. Por ello, es fundamental organizar la información para medir y poder tomar decisiones de manera efectiva.
“Aunque no podemos controlar el clima, no siempre podemos esperar que el próximo año sea mejor, sino trabajar para tener una reserva, un flujo de caja que le permita hacer inversiones, tener un plazo de seguridad, porque no siempre va a ir bien, y no siempre va a ir mal”, subrayó.
En cuanto a la rentabilidad, destacó la importancia de entender cuánto se está ganando realmente. En este sentido, afirmó que la contabilidad paraguaya es muy completa y los contadores son altamente competentes, pero indicó que “el balance sirve para el gobierno y no para la gestión”, ya que los números contables no siempre reflejan la realidad del negocio.
“Por ejemplo, un auto se va a depreciar contablemente en 5 años, pero nosotros sabemos que un auto se va a vender después de 10 años y va a tener un valor residual, va a tener un valor aún”, explicó, subrayando que es necesario hacer una gestión detallada de todos los costos y hacer una reserva, ya que “el tiempo malo va a pasar sí o sí, porque no dominamos el clima”.
En cuanto al primer paso que un productor debe dar para abordar estos aspectos, Santos lo divide en tres grandes acciones.
La primera es organizar los datos; el segundo paso sería medir, y finalmente tomar decisiones. “Si nosotros tenemos certeza de los números, tenemos un poco más de paz, porque sabemos qué necesitamos hacer, sabemos qué necesitamos cambiar y sabemos qué necesitamos eliminar de nuestra forma de hacer negocio”, destacó.