El Frente Parlamentario Agropecuario (FPA), se reunió esta semana para discutir y buscar soluciones a la crisis del sector agrícola brasileño. Con la proyección de cosecha de granos en el Centro-Oeste reducida, la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab), comenzó a proyectar cifras aún menores para el escenario productivo más amplio. La preocupación de la bancada es que el problema se extienda por todo Brasil, con consecuencias para el Producto Interno Bruto (PIB) y un aumento del desempleo.
En un informe difundido a principios de febrero, la cifra de 299,8 millones de toneladas presentada por la estatal es 6,6 millones menos que lo previsto en enero y un volumen un 6,3% inferior al calculado para el ciclo 2022/23 (319,8 millones de toneladas).
Para el presidente del FPA, ahora podemos hablar de crisis y la situación no se resolverá ahora. “Quedan dos, tres años de confrontación por delante. Tenemos que adaptarnos a una nueva realidad que pesa mucho sobre los productores. Las malas cosechas están desequilibradas en varias regiones y vemos una enorme cantidad de crisis”.
Así también señaló que ha estado hablando con el Ministerio de Agricultura para que el gobierno asuma e indique que hay una crisis y que se necesitará una cantidad importante y razonable de recursos para poder compensar esta crisis, ya sea en el Plan Zafra o en seguros rurales.
Durante la reunión indicaron que el sector agrícola brasileño atraviesa una situación complicada que incluye pérdidas de cosechas y eleva los precios en los supermercados. “El costo de producción aumenta con todos estos problemas climáticos. En promedio general en Brasil, la soja pagará los costos, pero no la inversión. La gran mayoría de la agricultura actual está financiada. Nuestro problema no es la producción, es el precio, y así no podemos cerrar la cuenta”, explicó.