A casi cinco meses de que se haya aprobado la liberación y comercialización del Trigo HB4 en Paraguay, algunos sectores gastronómicos siguen en disconformidad y con temor a que el cereal sea nocivo para la salud humana. Al respecto, el presidente del Instituto de Biotecnología Agraria (Inbio), Alfred Fast, remarcó que este trigo no representa ningún riesgo para su consumo y que los comentarios ideológicos no tienen fundamentos técnicos.

“Nosotros como productores, y me incluyo, seremos los primeros en probarlo, para demostrar que no repercute en algún problema de la salud humana, que no es tóxico y que no tiene ningún veneno como lo quieren idealizar”, precisó en entrevista con Valor Agrícola.

El líder gremial sostuvo que desde su aprobación, las campañas y movimientos que no están de acuerdo, se encargaron de implantar a la ciudadanía mucha desinformación, impulsada por “gente que no tiene la menor idea de cómo se desarrolla la agricultura”, y que simplemente están influenciados por ideologías para argumentar sus posturas.

Fast explicó que como cualquier otro producto, todo tiene que pasar por un proceso de inspección, y que la industrialización de este trigo es exactamente igual a la harina convencional.

“Estamos hablando de un cereal que inclusive ya está autorizado en la Argentina, Brasil, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Australia y muchos otros países que están sobrellevando el proceso de evaluación”, destacó.

Tolerancia a la sequía. A modo de contexto, el titular del Inbio mencionó que el HB4 es un desarrollo proveniente de la Argentina, en el cual se le introduce un gen del girasol que le confiere una tolerancia a la sequía, asociado con un gen de una bacteria que tolera al glufosinato de amonio, y se ha introducido en el trigo.

“Ese trigo ahora puede cultivarse en ambientes donde antes no se podía cultivar y donde no daba el rendimiento que ahora puede dar. El gen reacciona en caso de sequía y cuando no hay sequía, se queda inactivo

El ingeniero señaló que para el proceso de selección de ese trigo a nivel experimental, se usó un herbicida llamado “glufosinato”, argumentando que su uso está vigente hace 20 años en Paraguay.

“Hay que saber que las plantas de trigo que no tienen la resistencia al estrés hídrico, se van a morir cuando se aplica a nivel experimental eso. Entonces, nosotros ahora tenemos esa planta, y al sembrar ese trigo, no tiene ninguna toxina porque el herbicida, si se utiliza de forma correcta, no hay problema luego con el trigo, pero ni se utiliza en el trigo”, concluyó.