A pocas semanas del inicio formal de la cosecha de soja, la campaña agrícola 2025/26 avanza con señales alentadoras en gran parte del país. Con un escenario climático más benigno que en años anteriores y un régimen de lluvias que, hasta el momento, acompaña el desarrollo de los cultivos, el sector productivo observa con expectativa la recta final del ciclo, aunque con la atención puesta en la variable precio.
Así lo señaló Héctor Cristaldo, presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), en diálogo con Valor Agregado, al analizar el comportamiento de la soja y del conjunto de la campaña agrícola.
Cristaldo destacó que la presente campaña se diferencia claramente de las anteriores por las condiciones ambientales registradas desde el arranque del ciclo. “Este año es bastante diferente a lo habitual. Tuvimos temperaturas más amenas que en otros años, donde los registros eran mucho más elevados”, afirmó.
A este factor se sumó un buen régimen de lluvias desde agosto, lo que permitió avanzar con las siembras en tiempo y forma. “Eso no es tan habitual y permitió sembrar con tranquilidad, lograr una buena germinación y un buen desarrollo del cultivo”, explicó el titular de la UGP.
Si bien hacia fines de noviembre y comienzos de diciembre se generaron dudas por la falta de lluvias en algunas zonas y por los anuncios vinculados a un posible evento La Niña, esa incertidumbre fue disipándose con las precipitaciones registradas en diciembre.
Lluvias clave y alivio para el norte
El presidente de la UGP subrayó especialmente la importancia de las últimas lluvias, que alcanzaron también a regiones históricamente castigadas en los últimos años. “La lluvia del 8 y la del viernes 12 volvieron a acompañar, incluso en el norte, que era la zona más castigada en los últimos cuatro años. Allí se registraron lluvias importantes, de más de 150 milímetros”, indicó.
En el resto del país, las precipitaciones se ubicaron dentro de parámetros normales, sin generar trastornos, consolidando un escenario de buen desarrollo general de los cultivos. “Estamos yendo bien, con buen desarrollo del cultivo y buenas perspectivas”, resumió Cristaldo.
La cosecha, cada vez más cerca
Con el calendario avanzando, la atención del sector se centra ahora en el inicio de la cosecha. Según el dirigente gremial, las primeras parcelas comenzarían a levantarse en un plazo de 10 a 15 días, mientras que el grueso de la cosecha se iniciaría con mayor fuerza a partir del 5 de enero.
“Estamos a unos 30 días de la cosecha fuerte. Ojalá que esto se concrete en una buena producción y en buenos rendimientos, porque eso le da tranquilidad al productor y vuelve a posicionar a la soja como un puntal para la economía”, sostuvo.
El precio, el gran desafío de la campaña
Más allá del buen panorama productivo, Cristaldo reconoció que el principal desafío sigue siendo el precio internacional de la soja. “Hay dos variables que no controlamos: el clima, que por suerte está acompañando, y el precio, que es muy volátil”, señaló.
En ese sentido, recordó que durante el año se generó mucha incertidumbre por factores externos, como la guerra de aranceles, aunque destacó que el nivel de precios actual es mejor que el del año pasado. “No estamos en los niveles ideales, pero está mejor que el año pasado”, afirmó.
Ante este contexto, remarcó que la principal herramienta del productor sigue siendo la eficiencia en el manejo. “Lo que el productor puede manejar es su parcela, su cultivo, e ir a buscar el mayor rendimiento posible para generar esos márgenes”, explicó.
Expectativa positiva, con cautela
Si bien aún resta levantar los granos para realizar una evaluación definitiva, desde la UGP entienden que las proyecciones permiten ser moderadamente optimistas. “Cada vez que arrancamos una campaña, el productor tiene la expectativa y la esperanza de cosechar mejor que el año pasado”, concluyó Cristaldo.
Con un escenario climático favorable y una cosecha cada vez más cercana, la campaña de soja ingresa en su tramo decisivo, donde los rindes finales y el comportamiento del mercado terminarán de definir el resultado económico de uno de los principales motores del agro paraguayo.