El director de Desarrollos Madereros S.A., Ricardo Kiriluk, aseguró que el balance del sector forestal paraguayo en 2025 es “altamente positivo”, con un notable aumento en los volúmenes de exportación y un horizonte de expansión industrial sostenido, aunque advirtió sobre los desafíos en infraestructura, energía y agilidad burocrática.
“El balance del sector forestal es positivo, aunque los precios internacionales no subieron tanto como esperaba. De todas maneras, los valores de la madera se mantienen razonables. Me hubiera gustado una mejora, pero a los precios que se pudo comercializar, estuvo muy bien”, indicó el empresario en diálogo con Valor Agro.
Según Kiriluk, Paraguay mostró un desempeño exportador destacado, con envíos importantes de tableros multilaminados, láminas y tablas, todos a precios considerados competitivos. “Comparativamente respecto del año anterior, el volumen de láminas y tableros compuestos de eucalipto debería superar los 45.000 m³ e incluso acercarse a los 50.000, cuando históricamente estábamos en 25.000 y el año pasado apenas superamos los 30.000 m³”, destacó.
Explicó que el incremento responde, a que cada vez más plantaciones completan su ciclo productivo. “Teníamos un ritmo de unas 3.000 hectáreas de tala rasa por año. Estimo que este año cerraremos entre 6.000 y 7.000 hectáreas, y si seguimos así, el año próximo podríamos alcanzar entre 10.000 y 12.000. Con ese ritmo, el volumen de exportación tiene que mínimamente duplicarse”, proyectó.
En la misma línea, mencionó que el aumento en las exportaciones de tablas de eucalipto acompaña el crecimiento del sector de tableros compensados. “Eso está muy positivo y va de la mano de la mayor demanda de productos elaborados”, afirmó.
Respecto a la biomasa, Kiriluk resaltó que el crecimiento continúa, impulsado por el consumo interno. “La agroindustria demanda cada vez más madera chipeada para las calderas del sector, y eso acompaña el desarrollo del país”, subrayó.
Entre los principales desafíos, enfatizó la urgencia de mejorar la infraestructura vial, energética y portuaria.
“Seguramente habrá que pensar en otros polos portuarios para el sector forestal-industrial. Hoy la mayoría de la producción sale por los puertos de Asunción, pero sería importante desarrollar alternativas hacia Concepción o incluso reforzar la salida de productos elaborados a través de Brasil”, sostuvo.
Kiriluk explicó que cuando el nivel del río Paraguay baja, la disponibilidad de contenedores se complica, y por eso contar con alternativas logísticas sería fundamental para mantener el flujo exportador.
El empresario también hizo un llamado al Estado para mejorar la agilidad administrativa en los organismos de control. “Hay que ser más ágiles. No pueden haber demoras. Una certificación de un secadero que tarda tres meses puede implicar la caída del 30 o 40% de la facturación de una industria”, advirtió.
Aclaró que se trata de certificaciones sobre madera reforestada, no de madera nativa. “En esos casos, los procesos deberían resolverse con mayor velocidad”, remarcó, señalando la necesidad de una agenda estatal eficiente desde instituciones como Senave, INTN y otros entes reguladores.
Respecto al futuro, sostuvo que el crecimiento de los próximos años estará directamente vinculado al nivel de inversión en plantaciones realizado en la última década. “Hace unos años el ritmo de crecimiento de superficie plantada fue del 30% anual. Es de esperar que ese impulso se refleje en los años venideros”, señaló.
Actualmente, el sector exporta algo más de 100 millones de dólares, pero el empresario anticipó que ese número podría multiplicarse en el corto plazo. “Es de esperar que muy pronto lleguemos al millón de dólares de exportación”, afirmó.
El empresario proyectó un año 2026 con fuerte crecimiento y grandes desafíos. “Las políticas deben monitorearse y ajustarse constantemente. No te digo anualmente, te diría mensualmente, porque el ritmo de crecimiento será muy alto”, señaló.
“El sector privado está entusiasmado, se va a seguir invirtiendo y se ampliará la superficie forestal con seguridad”, aseguró.
De hecho, en los últimos dos años se plantaron 140.000 hectáreas, y se espera mantener un ritmo anual de entre 70.000 y 100.000 hectáreas nuevas.