El gobierno central chino tiene como meta estratégica incrementar de manera sustancial la producción de granos forrajeros para reducir la dependencia de las naciones exportadoras de productos agroindustriales.
Debido a que el territorio disponible para agricultura no tiene ya capacidad para expandirse, la única alternativa es incentivar –a fuerza de subsidios y políticas regulatorias– las economías de escala y la inversión tecnológica.
Además de promover la creación de empresas con modelos agronómicos más parecidos a los presentes en grandes naciones agrícolas occidentales, el gobierno está realizando una introducción masiva de cultivares e híbridos con mejoras genéticas y eventos biotecnológicos.
En ese marco, el pasado 8 de abril el Comité Nacional de Registro de Variedades de Cultivos de China publicó la tercera lista de registro de híbridos de maíz y cultivares soja genéticamente modificados.